Y no un ratón normal, no, no!!! Un ratón mágico, que se lleva los dientes para hacerse una casa (debe tener ya un buen chalet, porque hace 30 años ya se los llevaba!!!
El caso es que al ver que un diente se movÃa peligrosamente, me di mucha prisa en coserle su ratoncito con bolsillo; no fuera a ser que llegara el famoso roedor y se ofendiera al ver el diente bajo la almohada sin protección alguna! (¡Será que ahora son más comodones!)
Tras un mensaje de urgencia, mis locas me recordaron que Rojo Ababol habÃa compartido el patrón de un ratoncito monÃsimo! Asà que en un ratito ocioso, con un retal de polar negro y un diminuto trozo de Wax de la caja de retales (últimamente la cosa va de retales, eh?), cosà ésta monada. Está relleno de pequeños trocitos de polar que ya no hubieran servido para nada más.
Los ojos están bordados con una puntada decorativa, repasé las orejas también con costura decorativa, los bigotes y la cola son de cuerda, y le puse el nombre en el bolsillo para que el ratoncito supiera a quién tenÃa que recompensar por el preciado diente.
El caso es que al ver que un diente se movÃa peligrosamente, me di mucha prisa en coserle su ratoncito con bolsillo; no fuera a ser que llegara el famoso roedor y se ofendiera al ver el diente bajo la almohada sin protección alguna! (¡Será que ahora son más comodones!)
Tras un mensaje de urgencia, mis locas me recordaron que Rojo Ababol habÃa compartido el patrón de un ratoncito monÃsimo! Asà que en un ratito ocioso, con un retal de polar negro y un diminuto trozo de Wax de la caja de retales (últimamente la cosa va de retales, eh?), cosà ésta monada. Está relleno de pequeños trocitos de polar que ya no hubieran servido para nada más.
Los ojos están bordados con una puntada decorativa, repasé las orejas también con costura decorativa, los bigotes y la cola son de cuerda, y le puse el nombre en el bolsillo para que el ratoncito supiera a quién tenÃa que recompensar por el preciado diente.
Durante la cena, el diente se cayó, asà que esa misma noche pudimos estrenar el bolsillo de los dientes y al dÃa siguiente ¡habÃa dejado una sorpresita!